TORONTO (AP) -- Edwin Encarnación disparó un par de jonrones. Pero fue el vuelacerca conseguido por su compatriota dominicano José Bautista el que acaparó la conversación en los vestuarios después del juego.
El relevista novato Jason García estuvo a centímetros de golpear a Bautista con el segundo lanzamiento del turno. Tres pitcheos después, el veterano de los Azulejos depositó la pelota detrás del muro del jardín izquierdo.
Y el dominicano se quedó un momento en la caja de bateo, admirando el vuelo de la pelota.
Los dos vuelacercas de Encarnación y el bambinazo de Bautista formaron parte de una buena exhibición ofensiva para que Toronto arrollara el martes 13-6 a los Orioles de Baltimore.
El primer leñazo de Encarnación, sin hombres en base, abrió el segundo inning, y desapareció la pelota por encima del muro del jardín central. Ello dio inicio a un racimo de seis anotaciones en el episodio.
Con su segundo cuadrangular del encuentro, Encarnación llegó a cuatro en la temporada. Esta vez, envió la pelota hasta el piso superior del graderío del Rogers Centre, detrás del jardín izquierdo.
Fue apenas el 18vo jonrón que llega a semejantes alturas en los 26 años de historia del parque.
Bautista conectó su jonrón de dos carreras en la parte baja del séptimo episodio. Llegó a cuatro bambinazos en el año y a 250 de por vida.
Su gesto, al no correr inmediatamente después de hacer contacto con la pelota, disgustó a los Orioles. Adam Jones le gritó algo cuando abandonaba el terreno.
"No es la primera vez que lo hace. No está poniendo fin al juego con el jonrón, es el séptimo inning", criticó Jones después del encuentro. "No hay que pasarse de la raya. Que respete el juego. Sé que lo hace, pero no lo hizo en ese momento, y cuando eso ocurre contra mi equipo, yo mostraré mi indignación".
Impertérrito, Bautista defendió sus actos.
"Si me acercan la pelota no voy a olvidarlo. Y si les hago daño después, voy a disfrutarlo", comentó. "Así lo hice y no me arrepiento".
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